Viaje de 4 días a Bilbao y alrededores

Es un edificio neoclásico con detalles barrocos en los que podremos ver la historia de la ciudad representada en los bajorrelieves de su fachada.

El Ayuntamiento o Palacio Municipal, construido sobre el solar ocupado antiguamente por el Convento de San Agustín, se inauguró el 17 de abril de 1892.

Edificio elegante con chapitel que descansa sobre un cuerpo central destacado con balcones y columnata. Del interior sobresale su Salón Árabe, obra de José del Solar, con decoración muy lograda. En este espacio se celebran bodas civiles.

Durante sus inicios fue uno de los teatros más importantes de España; de ahí que se conservaran tan bien algunas de sus decoraciones del XIX, como por ejemplo las alfombras.

La oferta cultural que ofrece en su página web es infinita. Podemos disfrutar de diferentes espectáculos desde óperas y conciertos hasta circos y madrigales.

Está inspirado en la ópera de París y dedicado al músico bilbaíno Juan Crisóstomo de Arriaga, conocido como “el Mozart español”. Ha sufrido varios contratiempos como el incendio en el año 1914 o las inundaciones de 1983, pero hoy en día sigue siendo uno de los mayores recintos culturales de la ciudad.

Construida en el siglo XIX hoy es conocida como Barria.

Es otro de los puntos donde se respira el ambiente más puro de Bilbao, se trata de una plaza con 64 arcos porticados de estilo neoclásicos.

En sus soportales podemos encontrar los bares típicos del centro de Bilbao, así como terrazas para disfrutar de las bonitas vistas.

Las siete calles son el origen medieval de Bilbao, por lo que presentan un ambiente tradicional y gastronómico importante.

Estas siete calle son Somera, Artecalle, Tendería, Belosticalle, Carnicería vieja, Barrenkale y Barrencale Barrena.

La calle somera es la más antigua de Bilbao cuyo significado es “calle de arriba”.

El corazón del casco viejo bilbaíno se conoce como las Siete Calles. En realidad son más y también algunas plazas, como la Plaza Nueva.

Enclavado en un edificio de estilo barroco construido para ubicar una iglesia y un colegio de los Padres Jesuitas, abrió sus puertas al público en 1921, ocupando la planta baja del claustro.

El museo ha atesorado a lo largo de casi cien años de actividad un patrimonio que en su conjunto supera los 20.000 objetos. Estas piezas ilustran y reflejan los distintos aspectos que conformaron la vida y el quehacer cotidiano del pueblo vasco.

Al valor intrínseco del edificio, con su claustro central, se une la riqueza de las colecciones que custodia, desde los vestigios más remotos del solar vizcaíno hasta los testimonios de los modos de vida más tradicionales del pueblo vasco.

Merece mención especial la maqueta a escala de Bizkaia y la escultura zoomorfa conocida como “Idolo de Mikeldi”, fechada en la II Edad del Hierro (S. V-I a.C) y cuyo original está expuesto en el claustro de este museo.

La basílica de Begoña se construyó en el siglo XVI sobre una antigua ermita y las obras finalizaron más de un siglo después, por lo que su estilo arquitectónico corresponde al gótico tardío.

La basílica esta compuesta por tres naves sin crucero, cubiertas con bóveda de crucería y la puerta es de estilo renacentista, con un gran arco triunfal.

En el interior, hay que destacar el retablo neoclásico del altar mayor y el Camarín de la Virgen de Begoña.

Gracias a la altura en la cual se encuentra, se puede distinguir su aspecto clásico pero imponente desde distintos puntos estratégicos.

El templo de la Amatxu (denominada localmente) tiene de igual manera un reloj que se debe admirar, un órgano y dos docenas de campanas que logran transmitir diferentes melodías.

Esta Catedral a lo largo de los siglos ha sido restaurada para preservar su estado. Es muy antigua, ya que su construcción se realizo hace al menos 700 años, cuando se fundó Bilbao.

En el siglo XIV se ensanchó y en el XV se construyó el claustro de características góticas flamígeras. La portada tiene tendencias de arte plateresco y el altar mayor es de estilo flamenco. A finales del siglo XVI se quemó una parte, por lo que necesitó obras y reconstrucciones como las que se hicieron en pleno siglo XVIII del coro y el presbiterio.

La Catedral de Santiago pertenece al patrimonio arquitectónico del Camino de Santiago dentro del País Vasco. En este patrimonio se incluyen puentes, albergues, hospitales, iglesias, catedrales, edificios destinados a satisfacer las necesidades de los peregrinos. Es patrimonio de la Humanidad desde 2015.

A pesar de la decoración art decó del mercado, su origen se remonta al siglo XIV, pero fue remodelado en 1929.

Está dividido en dos zonas: la de puestos de comida y la de restauración. En el piso de arriba se encuentran los bares y restaurantes con una cuidada selección de pintxos.

El Mercado de La Ribera ha conseguido mantener la esencia de sus inicios a través de sus siglos de vida. El respeto por la tradición y la calidad de sus productos, además de la variedad y frescura, hacen de este mercado un lugar donde encontrar lo mejor de la gastronomía vasca.

En este recorrido veremos el Puente del Ayuntamiento, pasearemos por el Puente del Arenal y llegaremos hasta la calle de la Ribera.

La Calle de la Ribera, data del año 1511 cuando en ella se asentaba el Consulado de Bilbao.

Paseando por El Arenal vas a ver un quiosco muy bonito. Esta construido de forma circular, sin columnas para no privarlo de visibilidad. Bajo tierra existe una pequeña cafetería cuyo interior se ilumina por la luz natural que atraviesa las vidrieras. Cada domingo, la banda municipal de Bilbao ameniza desde alli las tardes a todos los que se acercan.

El Puente del Ayuntamiento cuenta con una vista privilegiada. Se abre sobre la ría y, hoy en día, sigue uniendo el centro de la ciudad con los barrios altos. Entre el ayuntamiento, la ría y el puente, se encuentra una gran escultura del artista vasco Jorge Oteiza.

La Gran Vía, es posiblemente una de las ‘grandes vías’ más bonitas del país. Comercios, bares de pintxos, edificios imponentes y muchos árboles lo avalan. A pesar de ser la avenida más importante de la ciudad, el tramo que comprende desde la plaza Elíptica a la plaza Circular es peatonal. Pasear por ahí es una delicia. Su nombre completo es Gran Vía de Don Diego López de Haro, en honor a quien fundó la ciudad y cuya estatua con la carta fundacional vigila la avenida desde lo alto.

Sobre la misma Gran Vía se encuentra una reconocida pastelería siendo las trufas de chocolate su especialidad. Se nos hará la boca agua con las carolinas, típicos pasteles de arroz con chocolate y merengue.

Llegar en metro aunque solo sea por una estación es un gran plan que te permite conocer los llamados fosteritos, que son las modernas bocas de metro. Estos tubos de cristal que se adentran en la tierra bien merecen una foto.

Calle Ledesma, es la zona más de moda de Bilbao, pero también la más cara. Ambiente bullicioso junto al centro cualquier día de la semana.

Calle Somera, tiene bares más populares, pintxos generalmente menos creativos pero de calidad y más baratos. Muy animada los fines de semana.

Plaza Nueva, es muy buena zona, con algunos bares clásicos y otros más nuevos e innovadores. A cualquier hora y cualquier día de la semana encontrarás ambiente.

Indautxu. Alrededor de Diputación y en la calle Garcia Rivero se reúnen los bilbaínos muchas veces después de trabajar. Tienen muy buenos pintxos aunque un poco más caros que otras zonas.

Calle Santamaría, en el Casco Viejo tiene buena selección de bares y muy buen ambiente. Precios asequibles y gran ambiente de jueves a domingo

El edificio en si es una obra maestra con paneles de titanio que cambian según la luz que se refleje en ellos. Las curvas y formas hace que amantes de la arquitectura lo visiten continuamente.

Obra del arquitecto Frank Gehry, diseñado en 1997.

En su interior podemos acceder a tres plantas con exposiciones de arte contemporáneo.

Podremos dejar que nuestra imaginación se pierda entre obras de Chillida, Rothko o Kooning entre muchos otros, que nos harán comprender que el arte no es solo mera contemplación.

Veremos el Paseo del Memorial, la Pasarela Pedro Arrupe, La Universidad de Deusto, el Puente de Deusto y el Parque Casilda.

Pasarela Pedro Arrupe: esta pasarela de madera y acero solo permite el paso peatonal, pero es suficiente para unir dos grandes edificios como el Museo Guggenheim de Bilbao y la Universidad de Deusto.

Puente de Deusto: es un puente levadizo, uno de los más peculiares de la ciudad. Y es que, partiéndose por la mitad como si de plastilina se tratase, permitía el paso de los grandes barcos que partían desde Bilbao cargados de mineral. Fue inaugurado en 1936. La torre Iberdrola, uno de los últimos rascacielos de Bilbao, vigila desde las cercanías esta increíble obra de ingeniería.

Parque Casilda: cuenta con un estanque de patos, un carrusel de estilo clásico, una fuente cibernética, donde de noche se hacen espectáculos de agua y un escenario para acoger actuaciones.

Construido en 1997, este puente une el tráfico rodado y peatonal entre el Sagrado Corazón y Botica Vieja, utilizando como soporte parte de los viejos astilleros Euskalduna. Todo un emblema del Bilbao industrial, y de ellos toma su nombre.

La construcción de este puente impide el acceso a las embarcaciones que tengan una altura superior a la del ojo del mismo, lo cual ha cerrado la parte superior de la ría de Bilbao a barcos grandes y ha dejado sin sentido la apertura de los puentes levadizos de Deusto y del Ayuntamiento.

La colección del Museo Marítimo de Bilbao, ubicado en las antiguas dependencias de los astilleros Eukalduna, está basada en elementos y objetos que hacen referencia a la actividad marítima de la Ría de Bilbao y su Puerto, así como de la cultura marítima en general, con especial atención a las piezas que mantienen una estrecha relación con los hombres y mujeres protagonistas de la historia marítima de nuestro pueblo.

Se trata de un moderno centro de congresos y eventos que acoge a artistas internacionales de primer nivel. Tiene un diseño transgresor en la que resaltan los árboles hechos de metal del exterior del edificio. Siempre es una buena opción acudir a uno de sus habituales espectáculos. Los aledaños son ideales para pasear por los jardines junto a la ría. En ellos podéis ver una escultura del genial Salvador Dalí, que representa la musa de la danza.

Como emblema de la modernidad, su forma es un fiel homenaje a la antigua industria siderúrgica y marinera de la villa. Parece una nave espacial que sale de la ría para presentarnos sin estruendo sus acordes más armoniosos.

Más de 6.000 cuadros, esculturas, dibujos y grabados, desde el siglo XII hasta nuestros días, integran los fondos de este museo que es el más importante del país después del Museo del Prado en pintura española, flamenca y renacentista italiana.

Las audioguías en la colección permanente, están incluidas en el precio de la entrada, salvo para entradas gratuitas. En la Exposición temporal, para profundizar en el conocimiento y disfrute de la exposición, cuenta con una audioguía dirigida al público en general con una selección de obras comentadas, que conforman un completo itinerario de unos 40 minutos de duración.

Recorrido infantil: recomendada para edades de 5 a 10 años. Disponible en euskera y castellano. 10 relatos entretenidos basados en obras de la colección del museo.

El muelle de Ripa es uno de los lugares con más historia de Bilbao, ya que fue el puerto de carga de la villa durante varios siglos, por el que salían los minerales de la zona minera. Con la industrialización llegó su momento de mayor auge y se convirtió en el eje de la economía vizcaína.

Hoy en día ha cambiado mucho la estampa de este muelle de Ripa; ya no hay barcos cargando y descargando, ni tampoco están las vías por las que partía el tren hacia la margen izquierda. Ni siquiera quedan ya los cines Capitol de los que durante décadas disfrutaron los bilbaínos. Pero la Ria sigue estando ahí, tan solemne y majestuosa como siempre, ahora mucho más limpia, pero como siempre regalándonos una inigualable vista.

Comercios tradicionales conviven establecimientos poco convencionales: bares hipsters, tiendas de moda y accesorios, restaurantes veganos, anticuarios.

El Molino de Aixerrota: construido en el siglo XVIII, es el único que aún continúa en pie, aunque dejó de usarse en 1787.

Iglesia de Andra Mari: fue donde surgió el primer núcleo de población en Getxo en el siglo XII.

Fuerte de La Galea: Se trata de una fortificación del siglo XVIII. Es el único ejemplo de construcción militar de este siglo que se ha conservado en toda Bizkaia hasta nuestros días.

El Faro de La Galea: El primer faro de La Galea data de alrededor del año 1782. El faro actual se inauguró en 1950.

Playa de Aizkorri: En esta playa se encuentra el "clavo de oro", distintivo que se otorga a aquellos lugares de especial singularidad y propiedades en el mundo de la estratigrafía.

Playa Salvaje: aquí es habitual la práctica del parapente y surf. Tiene zonas nudistas.

Es uno de los lugares con más historia y tradición de Getxo. Sus inicios se remontan a los s. XVII y XVIII y están ligados a las peculiares condiciones físicas y meteorológicas del Puerto del Abra.

Este sitio consiguió alcanzar una gran importancia gracias a la combinación de la pesca de bajura en pequeñas embarcaciones y las personas encargadas de ayudar a los barcos a sortear los arenales de la desembocadura del rio.

Esa "barra" de arena fue razón por la que muchos navíos naufragaban en la zona. Por ello con el paso del tiempo, se creó un equipo de salvamento compuesto por hombres especialmente preparados y entrenados para actuar en estos casos.

Así surgió la Estación de Salvamento de Náufragos, tarea que sobrevive hasta nuestros días gracias al trabajo de la Cruz Roja del Mar.

El margen derecho de la ría, está salpicado de hermosas casas de finales del siglo XIX y principios del XX, la época de mayor esplendor de Getxo; las más curiosas, las que diseñó Manuel María Smith, de estilo Old English y Reina Ana.

El puerto deportivo de Getxo fue inaugurado en el año 1997 y el primero que se construyó en el País Vasco, está dotado de las mejores instalaciones y servicios para la navegación deportiva y para embarcaciones en tránsito a otros destinos.

Además, cuenta con un área lúdico-comercial dedicada al ocio repleta de locales comerciales, de restauración y hostelería.

Aquí también se sitúa Getxo Aquarium. Este local, que tiene como objetivo divulgar los secretos de la vida marítima, ofrece al visitante un plan perfecto para hacer en familia.

El puente, guarda un cierto parecido a la torre Eiffel, y es que su diseñador, Alberto de Palacio fue discípulo del arquitecto francés.

Es un puente colgante y primer puente transbordador del mundo ya que se construyó en 1893

Ofrece una vista especial ya que está situado donde el rio se abre paso hacia el mar.

El Muelle de Hierro de Portugalete fue diseñado por el afamado ingeniero Evaristo Churruca, con el objetivo de facilitar la navegación y evitar los accidentes y naufragios. Su construcción se inició en 1881 y fue terminado en 1887. Tiene una longitud de 800 metros; los 600 primeros metros están construidos en armazón de hierro y los 200 restantes en piedra.

Portugalete, es una antigua villa medieval que fue escenario de apasionantes luchas caballerescas y está situada en la desembocadura del Nervión. Tiene además del Puente Colgante y muchos lugares para conocer.

Situado a orillas del Abra, mira al mar a 6 metros de altitud, desde la falda del monte Serantes.

La Casa Consistorial, edificio de principios del siglo XX, y la parroquia de la Virgen del Mar, también de principios del XX, los encontrarás a tus pasos.

También el Palacio Casa Torre, edificio del siglo XVIII, la Iglesia de San Jorge, de origen románico. Ya casi a las afueras te encuentras con el Monumento a la Sardinera, que como su nombre indica es un homenaje a las sardineras.

La Alhóndiga fue a principios del siglo XX un edificio transgresor de estilo modernista. Ideado como almacén de vinos y tras estar muchos años en un estado de casi abandono, se reinventó convirtiéndose en el centro de ocio y cultura que es hoy en día de la mano del arquitecto Philippe Stark.

Un espacio original y un tanto soñador donde sus 43 pilares forman un recorrido por diferentes culturas y vanguardias con el objetivo de integrar el arte en la vida diaria del ciudadano.

Además de exposiciones para todos los públicos, cuenta con cines, gimnasios cafeterías, restaurantes, y una terraza en lo alto.

El nombre de Azkuna proviene del alcalde Iñaki Azkuna, el cual fue el mayor impulsor para la renovación del edificio.en 2015.

El islote es una roca dominante que simula un castillo en la mar. A su nombre se le pueden dar dos significados: Gaztelu-aitz (peña del castillo) y Gaztelu-gache (castillo áspero o difícil), coronado por la ermita de San Juan de Gaztelugatxe, dedicada a Juan Bautista.

Una vez a los pies de Gastelugatxe nos sorprende el bonito puente de piedra que hace de nexo entre el continente y la isla. Desde aquí admiramos las impresionantes escaleras que, zigzagueantes, nos conducen hasta la ermita.

La leyenda cuenta que Juan Bautista llegó a poner pie en esta isla, aunque no está demostrado. Durante todo el camino de subida a Gaztelugatxe nos toparemos con las diferentes estaciones del Viacrucis.

Para llegar a la ermita debemos superar los 241 escalones.

Es un puente en arco (cuya pista cuelga de él) sobre la ría del Nervión, fue inaugurado en 30 de mayo de 1997.

El diseño consiste en un arco inclinado que une dos plataformas, con rampas de acceso y escaleras en ambas orillas, que sostiene la estructura peatonal con cables de hierro. Todo el puente está pintado de blanco, como es común entre las estructuras de Calatrava.

Desde su inauguración, casi simultánea con la del Museo Guggenheim, el Zubizuri fue un símbolo del nuevo Bilbao, constituyendo un elemento turístico más del paseo de la Ría.

En los primeros años del siglo XX, muchos bilbaínos utilizaban el monte Artxanda como lugar de esparcimiento y diversión, creándose en el entorno un casino y diversos “ txakolis “ donde la gente disfrutaba de su tiempo de ocio.

La necesidad de un acceso más cómodo al monte, trajo la creación de este funicular que lleva más de 200 años al servicio de la ciudad.

A lo largo de su historia ha sufrido algunos tristes acontecimientos: sus vías fueron bombardeas y la estación superior sufrió los acechos en la Guerra Civil.

Agosto de 1983 fue un mes fatal para el funicular ya que las inundaciones sufridas por la ciudad alcanzaron también a este, grandes cantidades de agua, barro, rocas... cayeron hasta la estación inferior, alcanzando una altura que cubría hasta el andén y llegaba a la mitad de los vagones.

A principios del siglo XX construyeron un bonito funicular que aun hoy sigue funcionando cada día y que es la mejor manera de llegar hasta arriba.

Nada más llegar podemos ver El Engranaje, que es una pieza original del primer funicular. En la zona del mirador está La Huella Dactilar, una escultura en memoria de las víctimas de la Guerra Civil española creada por Juan José Novella.

Las vistas de Bilbao desde aquí son bonitas de día y de noche. Y si visitas Bilbao en agosto durante sus fiestas, es un buen lugar para ver los fuegos artificiales que hay cada noche durante la semana grande.

Cruce estratégico de caminos de los primeros pobladores de la Villa, el inmueble que hoy alberga Bilborock fue levantado como templo religioso en el siglo XVII y reformado en el siglo XVIII.

En los años 90 del siglo XX, el edificio fue adquirido por el Ayuntamiento de Bilbao para poner en marcha el proyecto Bilborock. Entre los objetivos de esta iniciativa figuraba el de dotar a la ciudad de un espacio para la música en vivo en el que tuvieran lugar los grupos emergentes, así se creó el Concurso Pop-Rock Villa de Bilbao.

Siempre a la vanguardia, el proyecto Bilborock fue creciendo con los años y se ha convertido hoy en un espacio de encuentro social y cultural de referencia para la juventud, dentro y fuera de la capital vizcaína.