Qué ver en Badajoz

El fuerte de San Cristóbal fue construido en el siglo XVII durante la guerra de reconstrucción portuguesa (1640-1668). Forma parte del recinto abaluartado de Badajoz al que pertenecen un conjunto de murallas, puertas, fuertes, torres, baluarte, hornabeques, fosos, galerías y revellines. Las cuales fueron construidas con la finalidad establecer un sistema de protección y defensa de la ciudad.

Está catalogado como Bien de Interés Común.

Se ubica en la parte más alta de la ciudad y está situado al margen del Río Guadiana sobre el “Cerro de San Cristóbal”

Es el único fuerte de la ciudad que se conserva tal y como fue construido, tiene una forma rectangular con dos pequeños baluartes y dos semi-baluartes (un baluarte es una construcción de forma pentagonal que sobresale en el ángulo de unión entre dos lienzos de muralla). La cortina que une los baluartes está defendida por un revellín. Al sur, los semi-baluartes se encuentran unidos por una gola arpillera.

La capacidad de este fuerte incluía 12 cañones y hasta 300 fusileros.

El 19 de febrero de 1811 fue testigo de la Batalla de Gévora, que aparece retratada en el Arco del triunfo de Paris por su victoria ante las tropas españolas

Existe en el interior de la fortaleza un Centro de Interpretación en el Centro de Armas que permite a los visitantes acceder al acervo relacionado con los conflictos bélicos hispano-portugueses.

El Puente de Palma es considerado el más antiguo de la ciudad de Badajoz. Cruza el Río Guadiana a la altura de la Puerta de Palmas y conecta con los barrios de San Fernando y Santa Isabel.

Según los historiadores, la fecha de su construcción se sitúa en dos años: 1460 y 1511. Fue conocido también con el nombre de Puente Bobo porque no se cobraba peaje al cruzarlo. Actualmente se le conoce además con el nombre de Puente peatonal.

Posee 32 arcos y mide 585 metros de largo. Une la avenida de Carolina Coronado con el casco antiguo de la ciudad y pasa por la escultura del Arco de la Puerta de Palma.

En sus extremos se encuentra la Puerta de Palmas, una de las puertas más antiguas de la historia pacense, y un hornabeque, que es una fortificación externa compuesta por dos medios baluartes construido en el siglo XVIII.

En 1603 durante el reinado de Felipe III una crecida del río Guadiana destruyó 16 de sus 24 ojos y fue reconstruido entre 1609 y 1612.

El ingeniero Cervera Royo en 1880 añadió al puente los castilletes laterales neogóticos situados a la mitad de su longitud.

También se le conoce como Porta de Palmas, y en su momento como Puerta Nueva, este último apelativo antes de atribuirle ese nombre al acceso reciente a Badajoz cerca de la Ermita de Pajaritos.

Terminó de construirse en 1551 durante el reinado de Carlos V. Fungió como punto de control y acceso a la ciudad, también desempeñó una utilidad aduanera y fiscal, y en su última faceta como prisión para criminales con delitos de alta peligrosidad.

Está compuesta por una puerta dirigida al Puente Palmas rodeada por dos sólidos torreones cilíndricos coronados de almenas y rodeados en la parte superior por cordones decorativos de estilo renacentista.

Su influencia romana es evidente, pues imita un arco del triunfo sobre el que descansan las victorias del pueblo pacense. En su fachada exterior se encuentra una inscripción que hace alusión a su fecha de termino 1551 y al poderío del princípe Felipe II y emperador Carlos V. La fachada interior posee una capilla dedicada a Nuestra Señora de los Ángeles.

En 1960 fue restaurada por el arquitecto, escritor, ensayista y crítico de arte Francisco Vaca Morales.

Actualmente se encuentra ubicado en el Palacio fortaleza de los Duques de la Roca en el interior de la Alcazaba de la ciudad.

El Museo se fundó en 1867 como resultado del proceso de desamortización los bienes eclesiásticos y gracias a la intervención de la Comisión Provincial de Monumentos, constituida el 11 de julio de 1844.

Su precursor fue don Tomás Romeo de Castilla, educador, catedrático, filósofo y secretario de la Comisión Provincial.

Su objetivo de consolidación es: conservar, investigar y dar a conocer la arqueología provinciana de Badajoz. Posee más de 20, 000 piezas entre las que se encuentran las dedicadas a su exposición permanente, un recorrido cronológico desde el paleolítico inferior 750 000 a. C hasta el siglo XVI d. C.

En la planta alta del edificio se encuentran piezas pertenecientes a la prehistoria badajocense, en su entreplanta restos e influencia romana en la región, en la planta baja 4 exposiciones con el periodo tardorromano y comienzos del cristianismo, arquitectura visigoda, época islámica y media cristiana.

Otros de los servicios brindados en este Museo son: conservación y documentación del patrimonio arqueológico provincial, apoyo a la comunidad educativa y la investigación de sus fondos.

Corresponde a un recinto con jardines árabes del siglo X ubicados entre la Torre de Espantaperros y la alcazaba.

En su interior existen diversas piezas arqueológicas como: La Puerta del Antiguo Seminario San Atón, el edificio de la Galera, el edificio renacentista usado como ayuntamiento, hospital, almacén de granos, la torre vieja (ruinas de algunas murallas medievales de la ciudad), columnas visigodas.

Posee bellos jardines restaurados en 2007 por el arquitecto Francisco Vaca Morales y el arqueólogo Jesús Canovas Pesini.

La casa de la Galera fue construida para ser primero prisión de mujeres, posteriormente se empleó como ayuntamiento, almacén, escuela y finalmente como cede del Museo Arqueológico Provenzal en 1938.

En su fachada se encuentra uno de los escudos y blasones más bellos de la ciudad

Posee 4000 metros cuadrados entre el semimontano y la planta principal. La planta principal está dividida por cinco bóvedas de cañón rematadas en bóvedas de crucerías y apoyadas sobre 4 columnas

La alcazaba (del árabe al-qaṣbah, قصبة, al kasbah, “ciudadela”) es un recinto amurallado de forma ovalada con una longitud de 8 hectáreas y 1250 metros de muralla que protege la ciudad musulmana de Badajoz. Es considerada la más grande de Europa y una de las más extensas del mundo. En 1931 fue declarada como Monumento Histórico-Artístico.

Está ubicada en la cima del cerro la Muela y limita con el río Guadiana por el Norte y el arroyo Rivillas por el Este.

Fue construida por los almohades en el siglo XII con orígenes en el siglo IX cuando se iniciaron las edificaciones en la ciudad. Su periodo de mayor esplendor se sitúa durante la dinastía Aftásida. La alcazaba controlaba el paso natural desde la meseta castellana hacia los territorios de Andalucía y Portugal.

Albergó el reino de Badajoz o Taifa de Badajoz durante los siglos XI y XII. Está conformada por tres puertas principales: Puerta del Capitel, y Puerta del Alpédiz (ambas almohades) y puerta de Carros o de Yelbes. Cuenta además con un portillo denominado de la Coracha. Entre sus principales torres se debe mencionar las del Ahorcado, las siete ventanas y el Alpéndiz. En el interior de la Alcazaba se alzaron suntuosos palacios como él de los monarcas árabes de la dinastía Aftásida, el renacentista de los Duques de Feria, o de los condes de la Rocca.

Su construcción es mayoritariamente de mortero de cal, mampostería y ladrillo. El recinto acoge actualmente el Museo Arqueológico Provincial, la Biblioteca de Extremadura y la Facultad de Ciencias de la Documentación y comunicación. Entre los restos de edificaciones árabes que aún sobreviven en Badajoz, pero que se vieron influenciadas por el sincretismo occidental cristiano se encuentra la Antigua Catedral de Santa María, la antigua casa de Zapata, la iglesia de Santa María de Calatrava.

Se tiene el registro de tres mezquitas convertidas en iglesias bajo las advocaciones de San Pedro: Santiago, Santa María de Calatrava o de los Freyres y la Mezquita mayor convertida en la Catedral “Obispal” o “La See” a finales del siglo XIII.

La Torre de Espantaperros es también conocida como torre de la Atalaya y se construyó en 1169. Recibe ese peculiar nombre porque poseía una campana, la cual era empleada para convocar a los cristianos a sus cultos y ahuyentar a los infieles, o también llamados “perros” (actualmente se halla la campana en el Museo Arqueológico Provincial al que durante ya visitamos durante este recorrido).

El material de su construcción es argamasa y tapial, se atribuye su edificación al califa Abu Yacub Yusuf.

Es una torre albarrana de origen almohade que posee una planta octagonal y está situada junto a la Alcazaba de Badajoz y los Jardines de la Galera.

La torre está unida a la muralla mediante un largo espigón en el que se abre un arco para facilitar el paso por la liza (espacio extendido entre la barcana y la muralla principal). Desempeñó este recinto las funciones de torre vigía y espía.

Su longitud es de treinta metros de altura y veinte metros de largo hasta su terraza principal y se puede apreciar en ésta última, que está coronada por tres almenas (elementos arquitectónicos típicos de las construcciones arquitectónicas militares).

La mayor parte de la torre es maciza, salvo sus dos plantas superiores que son dos cavidades anulares.

La torre posee una edificación llamada “La Galera”, construida en el siglo XVI y que destinó su existencia a ser prisión, hospicio y escuela.

El edificio “La Giralda” posee un estilo regionalista andaluz neoárabe y se encuentra ubicado en la Plaza de la Soledad en el Casco antiguo.

Fue construido en 1935 por orden de su propietario don Manuel Cacho Moreno. Es una réplica a escala de la Giralda de Sevilla en Andalucía y los arquitectos Abel Pinna y Martín Corral fueron los encargados de dirigir y consolidar está magna obra en Badajoz.

El edificio también se conoce con el nombre de La Giraldilla. Fue construido en el lugar que ocupaba la antigua ermita la Soledad.

En su estructura se observa representado el dios griego Mercurio, símbolo del comercio, mensajero de los dioses y jefe de los viajeros. Hay además elementos pintorescos en su ornamentación como tejas de cerámica, floreros y azulejos.

El edificio se consolidó con el objetivo de albergar la sede de “Almacenes Giralda” hasta 1978, año en el que empresa cesó labores y se vendió a una compañía telefónica. En 1998 se desalojó el edificio de forma definitiva y aunque, actualmente no es posible ingresar a él se puede apreciar su construcción entre calles coloridas y majestuosas.

Su nombre es Santa Iglesia Catedral Metropolitana de Badajoz y está ubicada en Plaza España. Actualmente es la sede arzobispal y conforma junto con la catedral de Santa María la Mayor la archidiócesis Mérida-Badajoz.

Comienza su construcción a mediados del siglo XIII bajo el gobierno de Alfonso IX de León. Sus influencias arquitectónicas son el estilo neogótico, renacentista y plateresco

Se eligió como sitio para su edificación un lugar anteriormente ocupado por una antigua iglesia visigoda en el campo de San Juan al exterior de la alcazaba. Gaspar Méndez fue el encargado de su construcción.

Tuvieron lugar en este templo las bodas, entre otros de: el príncipe de Asturias, futuro rey Fernando VI con la infanta portuguesa doña Bárbara de Bragaza en 1729, el príncipe de Brasil, José de Barganza y la infanta española Ana María Victoria, Juan de Castilla y Beatriz de Portugal en 1383.

En su estilo exterior, la catedral mide 11 metros de ancho por 41 metros de alto; se asemeja a una fortaleza, posee almenas, muros y una torre en la que se encuentra un campanario. La planta de su torre es cuadrada y los materiales con los que se consolidó son mampostería, ladrillo y similares graníticos. El primer cuerpo de esta catedral posee un lienzo occidental de medio punto con influencias romanas, en el segundo cuerpo se encuentran dos ventanas decoradas con una concha o venera.

La catedral está orientada de este a oeste y en su planta se encuentra una cruz latina con tres naves, crucero y dos capillas. El sistema de soporte que la sostiene está conformado por pilares cruciformes de columnas adosadas y cuya influencia romana es evidente.

En el altar mayor se encuentra un retablo barroco en madera dorada de Ginés López 1517-1517. La catedral posee tres accesos, de los cuales el principal es la Puerta del Cordero, la cual permitía la entrada de personalidades de la época.

Son representativos de esta catedral: la sillería de su coro, sus tres órganos barrocos, el altar mayor, el museo catedralicio y una exposición de tapices flamencos del siglo XVI

Está situada en la parte suroeste del sistema defensivo, entre el Baluarte de San Roque y el de San Juan. Fue construida en 1692.

Al ser una de las puertas más vulnerables y expuestas al enemigo, estaba protegida con un glacis y frente a ella se encontraba el “Fuerte de Pardaleras”

Su fachada es sencilla y destaca una pequeña capilla que posee junto con algunos esgrafiados. En la parte externa de la fachada se encuentra un escudo con leones que rodean al conde Montijo, quien fungió como general de la provincia y ordenó la construcción de este acceso a Badajoz.

Originariamente contaba con un puente levadizo que permitía atravesar el foso que rodeaba la ciudad.

Debe su nombre a la Virgen del Pilar que corona su fachada interior, la estatua de la virgen fue trasladada en procesión de la catedral y el Obispo de Badajoz, Marin de Rodezno quien la presidió.

Recibió varios nombres en su momento, Puerta de Jerez por encontrarse camino a Jerez y Puerta de Sana Marina por su cercanía con el convento de los templarios del mismo nombre.

Se distingue de este portón el hecho de que era una galería abovedada de grandes dimensiones que permitía el paso a carruajes con una fachada en forma de arco, frontones sobre las cornisas y de características barrocas.

Conserva dibujos y grabados en las columnas de cara exterior, al parecer, elaborados por los canteros y soldados que la salvaguardaban.

Hasta finales del siglo XX estuvo unida a la muralla. Actualmente está rodeada por el Parque de los cañones.