Fin de semana en Córdoba

Este gran edificio del siglo XVIII muestra una fachada de gran belleza. Esta se debe a su estilo tan característico conocido como el barroco cordobés. Una mezcla entre la decoración tan detallada y abundante, junto con los colores típicos andaluces como dorados o blancos.

El edificio fue construido en dos fases, en cuyo centro se encuentra una iglesia de 1745. Dicha iglesia cuenta con la mejor muestra del retablo barroco cordobés

Entre las salas que se pueden visitar están: El patio barroco, el patio blanco, salón de plenos, vestíbulo del artesonado, y la iglesia siempre y cuando no se celebre alguna liturgia

Se trata de una de las numerosas iglesias que se conocen como iglesias fernandinas. Fueron mandato del Rey Fernando III de Castilla tras la reconquista en el siglo XIII

Esta iglesia muestra a la perfección el estilo arquitectónico predominante en aquella época, y también la influencia de la multiculturalidad de la ciudad. Se trata de un estilo mudéjar, con toques protogóticos y tardorrománicos

Esta iglesia es una de las más antiguas de las fernandinas. Y esto sorprende aún más cuando todo por lo que ha pasado esta estructura, que en sus inicios fue un templo visigodo.

Entre los desastres que han ocurrido el primero fue en 1880 cuando la iglesia ardió. Pero los daños sufridos habían sido también anteriores, y es que en 1680 y 1755 la zona sufrió dos terremotos que dañaron la estructura. Tras todas estas reparaciones y restauraciones fue declarada bien de interés cultural en 1931

Desde 1492 que se levanta el palacio, a lo largo de los años ha tenido diversas modificaciones y varios habitantes. Pero no sería hasta 1981 cuando se abrió al público de la ciudad de Córdoba. Una ciudad que había contemplado el palacio durante siglos sin saber cómo era su interior

La historia del palacio se puede dividir en 5 etapas. La primera correspondería desde 1492 hasta 1704, cuando es ocupada por los Figueroa y Córdoba, señores de Villaseca. En la segunda etapa los ocupantes sufren una evolución siendo Los Fernández de Mesa, marqueses de Villaseca, etapa que llegaría hasta 1788 cuando es ocupada por los Cabrera hasta 1871. Es en esta etapa cuando los Saavedra son ya conocidos como los marqueses de Viana, y quienes intentaron posteriormente venderlo.

La última etapa la protagoniza la propia ciudad de Córdoba y algunas de sus personalidades más importantes del mundo de la política y el arte. Y es que la unión de todos ellos y el reclamo del pueblo cordobés provocaron que fuera adquirido por la Caja Provincial de Córdoba, y abierto al público en 1981, donde se celebran diferentes exposiciones a lo largo del año.

De la misma manera que tuvo varios ocupantes, el palacio fue creciendo a lo largo de los siglos. La más importante fue llevada a cabo durante el siglo XIX. Se trataba de la cuarta ampliación del palacio que le otorgaba 2 patios más.

En el siglo XV, mucho antes de su construcción, se creía que esta zona formaba parte de una explanada que se situaba extramuros de la Medina.

El arquitecto encargado fue el salmantino Francisco Ronquillo Briceño, que levantó en 1683 un rectángulo de 113 metros de largo y 55 de ancho.

Las fachadas de la mayor parte de los edificios de la plaza fueron diseñadas como las plazas de estilo barroco que ya existían, aunque se conservaron algunos de los edificios ya existentes. Esto crea un contraste entre ellos, como la fachada de la casa consistorial.

Los fondos insuficientes no permitieron una construcción completa, por lo que solo se limitó a las fachadas. Los habitantes que ya ocupaban la zona fueron comprando los metros de fachada para sus balcones. El presupuesto para la obra fue de 750 mil reales y 8 maravedíes.

Hasta 1959 en mitad de la plaza se encontraba una nave usada como el mercado central de Abastos. Pero en dicho año fue derribada debido a las condiciones higiénicas que se desarrollaban en el mercado. Este se trasladó al subsuelo, donde se descubrieron mosaicos romanos, que se expusieron en el museo del alcázar.

Podemos disfrutar de exposiciones pictóricas, de luces y color musicales. Es un lugar abierto a creadores y artistas donde podrán exponer sus obras e investigar y experimentar

Para poder realizar todo ello cuenta con 1000 metros cuadrados de espacios donde podemos disponer de los medios para la creación artística y audiovisual por ejemplo.

De la misma manera existen espacios dentro del centro para aprender y realizar talleres. Podremos no solo realizar y crear si no partir desde cero y aprender a desarrollar nuestras capacidades artísticas. Esto provoca que exista un ambiente abierto de creación artística único en la ciudad.

La mezquita catedral es una de las muestras del paso de culturas por nuestro país. De un carácter sacro, sufrió desde el siglo VI hasta nuestros días obras y ampliaciones que la cambiaron para siempre.

En su origen encontramos la basílica de San Vicente, que a mediados del siglo VI se levantó en la misma zona que hoy se encuentra la Catedral. No sería hasta el siglo XIV que el templo pasaría a ser de culto cristiano.

La era de mayor ampliación fue llevada a cabo durante el reinado musulmán. En el siglo VIII Abderramán primero comienza las obras levantando una mezquita fundacional. Dos siglos más tarde Abderramán II realiza la primera ampliación, Alhaken y Abderramán III la volverían a ampliar en el siglo X.

Pero, sin duda, la mayor ampliación y lo que le daría la planta actual fue por parte de Almanzor también en el siglo X, el cual dobló el tamaño de la mezquita.

Por parte de los cristianos, no sería hasta finales del siglo XIV, siglo de la reconquista, cuando la convertirían en catedral. En este siglo se construyen la capilla mayor y la nave gótica, y en el siglo XVI el gran crucero de la catedral, y el patio de los naranjos.

El alcázar de divide en dos elementos fundamentales, el jardín y el castillo.

Su construcción comenzó en 1328, por orden de Alfonso XI de Castilla. En su lugar se encontraba un antiguo alcázar andalusí, que fue sustituido por el alcázar rodeado de una muralla con torres en sus esquinas.

El castillo se divide en dos patios y 3 plantas, la planta de los patios, y la planta baja o entrada, donde se encuentran los baños construidos por Alfonso para su amada Leonor.

Sin duda el mayor de los alicientes lo encontramos en el espectacular jardín. Donde destacan todo tipo de flora y de arbustos decorados. Además podremos pasear por el paseo de los reyes donde se levantan algunas esculturas de monarcas cristianos.

Si saber que fue residencia de los Reyes Cristianos, hogar de gobernadores romanos o bastión de Don Rodrigo no basta para hacer especial este lugar, no dudes en esperar a que anochezca.

La reserva del espectáculo nocturno se hace en el mismo Alcázar. Puesto que la visita anterior hemos visto el museo y el jardín de día, es un buen momento para sacar la entrada.

El puente que se levantó en época romana ha visto cruzar por las culturas e incluso reyes a lo largo de la historia. Y es que el nombre de Calahorra se cree que fue prerromano. Un nombre que se extendió posteriormente en Al Ándalus como qalahurra

En cuanto al baluarte la primera referencia la encontramos en el siglo XIII y durante los inicios de la reconquista. Se cuenta que el torreón dificultó la entrada en la ciudad de rey Castellano Fernando III

La siguiente referencia no solo de existencia si no de ampliación la tenemos en el siglo XIV. La lucha por el trono de Castilla se disputaba entre Pedro I y Enrique de Trastámara. Este último salió vencedor y reparo Calahorra añadiéndole otra torre, un foso y un puente levadizo

Como ocurrió con otros edificios de origen romano y medieval tuvo diferentes usos hasta nuestros días. Desde una cárcel o cuartel hasta un colegio de niñas en el XIX. En 1931 fue declarado monumento histórico artístico. Hoy es la sede del museo Al Ándalus

El museo que podemos visitar en su interior se compone de 8 salas donde podemos repasar no solo la vida en Al Ándalus. Tendremos la posibilidad de aprender aún más de la relación entre las diferentes culturas judías cristianas y musulmanas de la época.

La visita comprende un recorrido por la vida musulmana de Al Ándalus, con objetos y materiales de uso cotidiano. Al final de la visita tenemos la posibilidad de ver una proyección sobre la evolución de la humanidad.

Estos baños, formaban parte de los baños del antiguo Alcázar musulmán. En él además de las diferentes estancias y baños, tenemos la oportunidad de ver algunos objetos curiosos expuestos.

Las zonas delimitadas son; el vestíbulo, el baño Andalusí, la sala fría, la sala templada, la sala caliente, el jardín Andalusí, el salón de recepciones, el baños almohade, y la caldera, el horno, y la sala del servicio.

A lo largo del tiempo fue remodelada y ampliada. En el siglo XII se realiza la última gran ampliación con el baño almohade. La gran diferencia entre un baño almohade y los baños califales radicaba en que los primeros disponían de una pequeña pila para el lavado de los pies.

Fue creada en 1399 con motivo del asalto a la judería 8 años antes. Con la creciente conversión de judíos al cristianismo para disfrutar de los derechos que solo tenían los cristianos. Aunque la capilla es pequeña y no fue acabada constituye uno de los mejores y más bonitos conjuntos mudéjares de Córdoba.

De nuevo esta estructura reúne parte de las 3 culturas presentes en Córdoba. Está situada en el antiguo barrio de los judíos antes de su expulsión, se trata de un templo cristiano, y su estilo es claramente mudéjar, que no son otros que musulmanes convertidos al cristianismo.

Actualmente el edificio forma parte de la facultad de filosofía y letras, el cual a su vez era parte del antiguo Hospital del Cardenal Salazar.

Además de la belleza del lugar podremos aprender el proceso que seguía la fabricación de papel. A lo largo del recorrido veremos los utensilios originales y las técnicas que se usaban para su fabricación

Cuenta también con otra interesante colección de monedas de oro plata y bronce. Se tratan de monedas de Al Ándalus lo que les otorga de cierta peculiaridad, además de ser una de las colecciones numismáticas más importantes de la historia de España.

Por último otro de sus obras más destacadas es un gran mosaico tardorromano o bizantino. Tiene una decoración geométrica con colores blancos azules y rojos. Cuando fue descubierto el mosaico se encontró junto con ladrillos de origen visigodo decorados.

Al igual que la mayoría de edificios antiguos de la ciudad, la puerta ha visto el paso de las diferentes culturas a través de los años. De su estructura original se conservan las almenas y el adarve.

En su origen era conocida como la puerta de Bad al- Yawz. Y es que se trataba de uno de los accesos construidos en época musulmana Abd al-Rahman. Se trata de la única entrada en pie de las nueve que fueron construidas.

A lo largo del tiempo ha sufrido remodelaciones. La mayor parte que se conserva es de talla cristiana durante el siglo XIV. Posteriormente tuvo una restauración en 1802.

Este museo pone en conocimiento de todos el famoso Guadamecí califal. Cueros curtidos y decorados con motivos geométricos y florales. Unas auténticas obras de arte conocidas como los “cueros de Córdoba”.

El encargado y artesano de que podamos disfrutar de ello es Ramón García Romero. Que ha elaborado una colección de cueros usando las mismas técnicas y métodos que se usaron en la Córdoba califal.

Estos cueros pintados y decorados se hicieron muy famosos durante la era califal. No solo en la península sino que también en el extranjero eran muy cotizados. Se pintaban de manera polícroma o se doraban produciendo auténticas obras de arte.

Seguiremos por un viaje al siglo X. Este alminar aún conserva la mayoría de sus elementos árabes. Algo muy a tener en cuenta teniendo presente que sobrevivió a la reconquista, al igual que la mezquita que lo completaba.

Aunque no fue destruida, sí fue cedida como otros muchos edificios religiosos al cristianismo tras la reconquista. Por lo que aún es más intrigante y curioso el hecho de que conserve su fisionomía árabe.

Lo que si fue cedido y remodelado por completo fue la mezquita que acompañaba la puerta y la torre. Aunque en un principio fue cedida a la orden de San Juan para levantar una iglesia, actualmente el templo acoge a las esclavas de Jesús.

Se trata de uno de los centros neurálgicos del comercio de Córdoba. Se sitúa cerca del antiguo foro romano, y casualmente cumple esa misma función de encuentro y de comercio.

El nombre proviene a que en la formación de la plaza en el siglo XIV se colocaban ya pequeñas tiendas para el comercio. Esto unido a que gran parte de las casas de la zona pertenecían a la orden de Calatrava recibió el nombre de tendillas de Calatrava

Hacia 1860, las casas pertenecientes a la orden fueron derruidas. En su lugar se levantó el hotel Suizo, el cual también fue posteriormente derruido en 1923.

La actual plaza comienza a tomar forma en 1908 debido a una serie de ensanches. Con el derribo del hotel y dichas obras la plaza queda terminada en 1925.

Otro de los añadidos se produce en 1927. El monumento al Gran Capitán, obra de Mateo Inurria se instala en la plaza. Pero la plaza no quedaría totalmente terminada hasta 1999, que fue nuevamente reformada e inaugurada el 13 de Mayo por el alcalde de la época Rafael Merino.

La trayectoria de este zoo comienza a finales de la década de los 60. En sus comienzos contaba con 8.000 metros cuadrados donde desarrollaban la vida 150 ejemplares de animales, los cuales fueron cedidos por Juan Barasona, cuyo nombre llevó el zoológico algunos años.

Con el paso de los años el zoo fue quedando obsoleto. Durante los años 80 fueron realizándose varias remodelaciones pero que no serían suficientes para modernizar el zoológico. Finalmente en el 2000 y 2003 sería cuando se realizaran reformas importantes. Se reinauguraría el 4 de Junio de 2006 tras 7 años cerrado. La nueva imagen era totalmente diferente ocupando un total de 4,5 hectáreas.

Pero además del remozado exterior que sufrió el zoológico, se ha invertido y cuidado la investigación. Hay un fuerte carácter de investigación científica así como de conservación y divulgación. Esto ha provocado que a día de hoy el zoo albergue más de 400 animales de 102 especies diferentes.

Es uno de los reclamos turísticos por excelencia. La mezcla de la música y el talento ecuestre andaluz hacen del espectáculo algo mágico. Muy cargado de esa garra, fuerza y carácter andaluz del baile y de los caballos.

El lugar por otra parte no puede dar mejor muestra del carácter de los caballos andaluces. Y es que se trata de las caballerizas reales, hogar del pura raza español

El edificio y su arquitectura y decoración merecen un vistazo por sí mismo. Y es que las caballerizas reales fueron construidas por mandato del Rey Felipe II en 1570.

La dedicación de la construcción de las caballerizas se debía a la pasión que tenía el monarca por los caballos. Tal es así que su intención fue la de crear en Córdoba una nueva raza de caballos, el caballo Andaluz.

Desde el siglo XIII hasta el XIX, el tribunal de la inquisición juzgó y castigó a miles de personas en nombre de la religión cristiana. Un período convulso en el que los judíos fueron los mayores afectados tras su expulsión en 1492, promovida fuertemente por la inquisición.

Los objetos expuestos en esta colección privada muestran de primera mano los métodos usados por el tribunal santo. Objetos de tortura para todo tipo de acusaciones de falso credo, infracciones, o acusaciones de brujería.

La riqueza de los objetos es tal debido a la larga duración que tuvo el tribunal de la Santa Inquisición en España Y es que fueron 700 los años en los que juzgaron y castigaron por todo tipo de crímenes tanto a judíos musulmanes como cristianos. En una ciudad multicultural como Córdoba, la crueldad fue peor aún tras la reconquista de la ciudad.

El museo se trata de una iniciativa privada. Su función es darnos a conocer a la cultura Sefardí. Aquellos judíos que permanecieron en España y se convirtieron al cristianismo para evitar ser perseguidos.

En muchas ocasiones no somos conscientes del legado que dejó el pueblo judío en España. Debido a su expulsión en 1492, muchas de estas cosas han caído en el olvido, pero este museo las rescata de una manera muy fiel.

Hay que tener también presente que a pesar de la expulsión de los judíos, hasta entonces eran relevantes para el país. Muchos de ellos ostentaban cargos importantes e incluso en las cortes de los reyes. Tanto es así que muchos fueron protegidos para no perder tales cargos, por lo que no hay que olvidar la impronta que dejaron.

La casa consta de 5 espacios expositivos, acompañados por un recorrido narrativo por la historia. Además las salas contienen infinidad de objetos no solo de la ciudad de Córdoba. Podemos encontrar objetos usados por la comunidad sefardí repartida por todo el Mediterráneo.

Los sefardís fueron una cultura propia que se desarrolló en la península. Como sucedió en muchos lugares del país, hubo una rica mezcla de culturas tanto cristianas, musulmanes y judías. Los sefardís son una muestra muy clara de ese crisol de culturas que dio tanto a la historia, al arte, y al progreso de España hasta su expulsión.

Se sabe que la sinagoga fue levantada en 1315 por el alarife Isaq Moheb, según se puede leer en la placa conmemorativa en la entrada.

Tras la expulsión de los judíos en 1492 por los Reyes Católicos, el edificio pasó por varios usos. Uno de ellos fue como gremio de zapateros, y en el XIX pasaría a ser una escuela de párvulos

En 1885 fue declarado como bien de interés cultural, cuando en unas reparaciones se descubrieron restos de escritura hebrea

Los jardines de la Victoria son el lugar ideal para relajarse y pasear por su naturaleza. Un paseo hasta los jardines de Adolfo Suarez descubriendo los pequeños detalles del parque.

Uno de los lugares donde podemos hacer una parada es sin duda en el Mercado Victoria. Donde no solo podremos comprar productos naturales, sino que también podemos degustar y comer allí.

Cuenta con kioscos, bancos, caminos. Todo ello rodeado de árboles y vegetación donde podemos disfrutar del ambiente cordobés. Incluso cuenta con un centro de educación vial con un circuito destinado a enseñar a los más pequeños.

Inaugurado el 13 de Abril de 1873, la construcción comenzaría 2 años antes a manos del arquitecto Amadeo Rodríguez. En sus orígenes contaba con 403 butacas repartidas entre diferentes palcos y anfiteatro.

En 1970 se cierra al público para proceder a realizar varias remodelaciones. Pero en 1976 los propietarios del Gran Teatro presentan una solicitud para su derrumbe.

El ayuntamiento de Córdoba tomaría papeles en el asunto por lo que se hizo cargo del teatro. En 1982 lo declaran bien de interés artístico e histórico. Tras la remodelación por parte del arquitecto José Antonio López Luengo, se abrirían sus puertas el 19 de Mayo de 1986, celebrándose el XI concurso de arte flamenco.