Fin de semana en Barcelona

Es una de las obras más sugerentes de Gaudí, el más conocido de los arquitectos modernistas catalanes.

Fue su proyecto más ambicioso, al que se dedicó en cuerpo y alma, y por ello se convirtió en su gran obra y obsesión hasta el final de sus días.

La idea de Gaudí era la de construir el templo ideal, y su finalidad que pudiera verse completamente desde distintas perspectivas. Nada se representa al azar, y por supuesto, nada es casualidad en su obra magna, empezando por su localización, escogida precisamente porque en este punto existe la misma distancia del templo al mar que a la montaña.

La capilla del Rosario, la cripta, en la que está enterrado el propio arquitecto, y la fachada del Nacimiento. Éstas son las zonas más características, pero todo el templo merece una visita completa.

De las tantas obras de Gaudí, el Parc Güell destaca como uno de los más icónicos y un lugar único en la ciudad, siendo reconocido mundialmente.

La mejor forma de disfrutar de este increíble lugar es pasear sin rumbo por el parque y sorprenderse con sitios como la Sala Hipóstila, la Casa del Guarda, el Pórtico de la Lavandera o los Jardines de Austria.

Destaca sin duda la gran plaza, que supone hoy un mirador privilegiado de la ciudad. Sobre ella un espectacular banco ondulado decorado con cerámica de trencadís, obra de Josep M. Jujol.

Actualmente hay una zona regulada del Park Güell teniendo como principal objetivo la preservación de este espacio emblemático de la ciudad, patrimonio de la UNESCO y mantenerlo en el mejor estado de conservación posible.

En el centro de Gracia, entre las calles de Ramón y Cajal y de Terol, se encuentra una pequeña plaza, la de la Revolució. Es una zona de paso para muchos vecinos del barrio y repleta de bares, restaurantes. Desde mediados de siglo XIX llevaba el nombre de la reina de España Isabel II. Cuando la monarca fue destronada pasó a llamarse de la Revolució.

Cuando se remodeló la plaza, en 1995, se descubrió que en el subsuelo se escondía un refugio antiaéreo de la Guerra Civil. De este solo queda una pequeña zona de la enfermería, a la que se puede acceder desde la cuarta planta del aparcamiento.

Aquí se encuentra una de las mejores heladerías de la ciudad, no dejes de comprobarlo al pasar.

Declarada Monumento Histórico de Interés Nacional en 1976 y construida por el arquitecto Josep Puig i Cadafalch, a petición de la familia Terradas, la Casa de les Punxes es actualmente uno de los edificios más emblemáticos de Barcelona, ubicada en plena ruta modernista.

La Casa de les Punxes es uno de los monumentos más representativos del Modernismo Catalán y producto de una época caracterizada por el progreso económico de la burguesía, por fuertes tradiciones artesanales y por una amplia industrialización.

El actual proyecto ofrece un recorrido a través la historia de la Casa y la familia promotora (Terradas) siendo la burguesía del siglo XX, el principal eje vertebrador.

Era el antiguo camino de Jesús, la vía principal que unía la ciudad de Barcelona con el antiguo pueblo de Gràcia, después convertido en barrio.

Constituye un auténtico museo de arte al aire libre.

Pegado a la Avenida Diagonal, encontrarás otro edifico que se aleja totalmente del Modernismo del resto, un palacio clasicista que fue la residencia privada del marqués de Robert, motivo por el que se conoce como el Palau Robert.

Paseando por aquí podrás observar la casa Lleó Morera, la Casa Batlló, la Casa Milà o Pedrera, o la Casa Amatller.

La Casa Batlló fue declarada el año 2005 del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Forma parte de la lisla de casas conocida como la "Manzana de la Discordia", junto con la Casa Amatller, y la Casa Lleó-Morera.

Fue concebida como una enorme alegoría colorista del fondo marino, la fachada de esta casa es una recreación espectacular de las distintas tonalidades del mar.

Éste y muchos otros detalles demuestran la infinita creatividad de su arquitecto, Antoni Gaudí, dueño de una imaginación desbordante.

La colorida cubierta, que parece un dragón a punto de despertar, se inspiró en la leyenda de Sant Jordi, el patrón de Cataluña.

La Plaza de Cataluña es una de las plazas más grandes de España y uno de los lugares más importantes de Barcelona.

Constituye el punto de unión entre el casco antiguo de la ciudad y el Ensanche.

De esta céntrica plaza destaca su gran fuente central y sus esculturas, aunque de todas ellas cabe resaltar fundamentalmente La Diosa, del escultor modernista Josep Clarà, y Pastor tocando el caramillo, de Pablo Gargallo.

El monumento escultórico erigido en honor del presidente de la Generalitat Francesc Macià, no te pasará por alto.

Pero lo más popular de este lugar son sus huéspedes más conocidos, la gran cantidad de palomas que se concentra en la plaza, de hecho, una de las actividades típicas de los barceloneses es acudir con los niños a ofrecerles comida.

La plaza se encuentra rodeada por centros comerciales, hoteles, bares y restaurantes, por lo que compone un importante centro comercial y de ocio.

Esta popular avenida es una de las más transitadas de la ciudad porque concentra una gran cantidad de establecimientos comerciales y es una buena puerta de entrada al barrio gótico desde la plaza de Catalunya. Al final se bifurca y continúa hacia la calle de la Portaferrissa por un lado y hacia la avenida de la Catedral por el otro.

En la antigüedad se la conocía como el Portal dels Orbs —de los ciegos—, y era una de las puertas que daban acceso a las murallas que se construyeron durante el siglo XIII para fortificar la ciudad antigua.

El camino que ahora ocupa la avenida era la principal conexión del centro con la villa de Gràcia. La explanada que había justo en frente era muy frecuentada por la gente pobre que vivía en las chabolas de los alrededores.

Es uno de los ejes comerciales más importantes de la ciudad y está siempre lleno a rebosar.

También es un buen lugar para encontrar piezas de artesanía en alguno de los puestos que hay en el mercado de artesanos instalado en la parte alta de la avenida, donde se pueden encontrar piezas de ropa originales y objetos decorativos.

La Catedral de Santa Eulàlia i la Santa Creu está ubicada en el corazón de Barcelona y es la puerta de entrada al Barrio Gótico. Es la catedral principal de la ciudad.

La actual Catedral de Barcelona se construyó sobre los restos de basílicas anteriores, por lo que la iglesia ha sido realizada en distintos estilos artísticos a lo largo de los siglos.

Cabe destacar que su imponente fachada corresponde sin embargo al estilo neogótico, ya que se construyó a finales del siglo XIX.

Son especialmente notables el coro y la sillería góticas, la cripta y su sepulcro renacentista (dedicado a Santa Eulalia) y el bellísimo claustro gótico del siglo XV.

En el jardín del claustro, de estilo gótico original del siglo XV, habitan siempre trece ocas. Ellas nos recuerdan la edad de Santa Eulàlia y las veces que fue martirizada por su religión, en tiempos del emperador Diocleciano.

Centro político desde los inicios de la historia de la ciudad, la plaza Sant Jaume es también un pulmón abierto al corazón del Barrio Gótico.

Aquí se levantan los edificios más importantes para la vida barcelonesa y catalana: el Ayuntamiento y el Palacio de la Generalitat.

Ambas instituciones ya existían en época medieval y son aún hoy en día las encargadas de gobernar la ciudad y la provincia.

La ubicación de ambos edificios no es casual, ya que la plaza se encuentra en la confluencia de las antiguas calles principales de la Barcino romana en la cercana calle Paradís.

La plaza, debe su nombre a la iglesia medieval dedicada a Sant Jaume que antiguamente estaba situada en este espacio, hoy trasladado a la calle Ferrán, a pasos de la plaza.

Hoy se celebran infinidad de actos públicos en esta plaza, y habitualmente es el lugar escogido para celebraciones populares y tradiciones como Las sardanas (baile popular de Cataluña) o los castillos, impresionantes torres humanas que llegan a hasta diez pisos de altura.

La iglesia data del siglo XIV, momento en el que se erigieron la mayor parte de las construcciones religiosas de la ciudad, siguiendo el estilo gótico imperante.

La fachada principal está coronada por un impresionante rosetón de 10 metros de diámetro, el más grande de todas las iglesias de Barcelona.

En ella podemos apreciar la imagen de Santa María y dos piñas, que, junto con el pino del escudo, constituyen un claro testimonio del nombre de la iglesia.

Haciendo esquina con la plaza del Pi se abre otra plaza, la de Sant Josep Oriol, en la que se colocan multitud de artistas callejeros los fines de semana.

Ambas plazas, constituyen un espacio en el que conviven artistas y bohemios. Los fines de semana se celebran además muestras gastronómicas, donde se pueden adquirir productos naturales típicos catalanes: embutidos, quesos, confituras, entre otros.

La Rambla (o Ramblas) de Barcelona es la calle más conocida y transitada de la ciudad. Es la arteria principal del barrio antiguo, que conecta Plaza Catalunya con el puerto y el Monumento de Colón.

Cada tramo de esta avenida adquiere un nombre distinto en función del uso que se le dio a cada uno de ellos, así tenemos diferentes "ramblas¨.

Pero La Rambla no es sólo un centro de atracción turística, también tienes muchísimos lugares de interés turístico y cultural, tanto en la misma calle como en sus alrededores.

Ubicado en La Rambla, el colorido mercado se ha convertido en una toda una atracción turística y en un lugar donde puedes conseguir prácticamente cualquier producto gastronómico.

El colorido mercado es un laberinto de más de 2.500 metros cuadrados a lo largo de los cuáles se ubican más de 300 puestos que ofrecen todo tipo de productos.

Oficialmente el Mercado de San José, se remontan sus orígenes a tiempos previos al derribo de las murallas. En aquella época, los productos se vendían al aire libre y para evitar el impuesto de mercancías, el mercado se instaló fuera de las murallas, en los terrenos antiguos del Convento de San José.

El edificio actual se comenzó a construir en 1840 y al tiempo que La Rambla comenzó a adquirir importancia el mercado se fue adaptando a los nuevos tiempos. Finalmente, la cubierta y un sistema de iluminación se inauguró en 1914.

El Port Vell o Puerto Viejo nace donde mueren las Ramblas, y constituye un zona de visita tanto de día como de noche.

De gran ambiente nocturno, ofrece una gran variedad de sitios para disfrutar.

En verano, las terrazas se convierten en las protagonistas, mientras que en invierno se sigue disfrutando del mar desde sus amplios locales con vistas.

Opium, una de las discotecas más conocidas de Barcelona con terraza a pie de playa, es de las favoritas del público joven internacional. Abre todos los días de la semana y se encuentra aquí.

También aquí encuentras un restaurante/lounge con terraza que se convierte en discoteca a partir de la medianoche. Abre todos los días de la semana. Ambiente y público joven.

El Arco del Triunfo nació con motivo de la Primera Exoposición Universal que se situó en los terrenos pertenecientes al Parque de la Ciutadella, entre los nuevos edificios hubo una edificación que tuvo un carácter especial, el Arc de Triomf.

Su función fue la de dar la bienvenida a todos los visitantes a la exposición, se trataba de la puerta de honor, ubicada en la entrada del Saló de Sant Joan, lo que ahora es el Paseo de Lluís Companys. Fue un proyecto del arquitecto Josep Vilaseca, historicista y triunfante, muy acorde con el estilo de construcción de la ciudad Condal.

La puerta se construyó en ladrillo, como marcaba la tendencia de la época ya que el ladrillo visto proporcionaba mayor plasticidad. El arco, sin embargo fusiona el arte clásico con un marcado lenguaje mudéjar. Otro detalle destacable son los relieves en forma de esculturas que luce la puerta en la parte superior.

El monumento se puede ver desde muchos puntos de la ciudad, además de ser una zona muy transitada tanto por locales como por los cientos de turistas que recorren sus calles.

Hoy en día El Arco del Triunfo se ha utilizado como marco incomparable para la meta de carreras populares, sobre todo las más importantes como la Maratón de Barcelona. También el recinto se utiliza para las celebraciones, festivales o eventos de tipo musical.

Situado en el antiguo convento de San Agustí, en la calle Carrer del Comerç, 36,se encuentra a escasos 200 metros del Arco del Triunfo.

El Museo cuenta con un espacio de 600 m2, en el que puedes descubrir los orígenes, la cultura, la historia, la fabricación y el consumo del chocolate en el mundo.

Las figuras de chocolate: desde Lucky Luck al estadio del Camp Nou, pasando por Astérix, Don Quijote y Bob Esponja, sin olvidar la fuente salamandra del Parque Güell, están detalladamente allí elaboradas.

Sala de máquinas, para fabricar chocolate se utilizan tres máquinas: la torrefactora, la trituradora y la mezcladora; todas igual de sorprendentes.

En el museo también encontraréis dos salas audiovisuales donde se relata el descubrimiento del chocolate y su introducción en Europa.

Cuenta con un espacio para degustar chocolate caliente o frío acompañado de una exquisita bollería de elaboración propia y para comprar las mejores especialidades de chocolate, tanto nacional como internacional.

Fue construido en 1716 como la ciudadela militar más grande de Europa, para tener controlada militarmente la ciudad tras la Guerra de Sucesión.

En 1888, con motivo de la primera Exposición Universal de la ciudad, se derribó la edificación militar y se construyó el parque, que hoy cuenta con una extensión de 17,42 hectáreas y diez puertas de acceso.

De la Exposición nos quedan varios edificios hoy en día, los más significativos son los que encontramos a la entrada del parque: el Castillo de los tres dragrones, l'Hivernacle, l'Umbracle y la Cascada.

También se conservan edificaciones como la Capilla y el Palacio del Gobernador, que hoy alberga una institución cultural.

Otro de los edificios más significativos del parque es el Arsenal militar, sede actual del Parlamento de Cataluña.

En 1992, antes de los Juegos Olímpicos de Barcelona, la ciudad vivía de espaldas al mar. Todo esto cambió con el desarrollo del Puerto Olímpico, el cual incorporó una marina deportiva, desarrollos de viviendas para la Villa Olímpica y un paseo marítimo que unificó toda la costa.

Como consecuencia, Barcelona abrió sus puertas al mar, cambiando por completo su perfil urbano. De esta manera, se pudo dotar a la ciudad de una serie de espacios de ocio, así como nuevos parques, plazas y por último, toda una serie de nuevas playas.

La imagen del Hotel Arts junto a la Torre Mapfre, marcan la entrada a una zona con gran variedad de restaurantes, clubs nocturnos y alternativas de ocio.

Está situada en el barrio de pescadores de La Barceloneta, y está formada por varias playas.

La playa y su paseo se extienden desde la calle Almirall Cervera hasta el inicio del Port Olímpic.

Cuenta con todos los servicios públicos correspondientes y además también bares y restaurantes.

Forma una entidad inseparable con el barrio de la Barceloneta y es sinónimo de mucho encanto, buena gastronomía y un ambiente muy animado.

Santa María del Mar se construyó en un tiempo récord de 55 años, gracias a la fuerte participación de los vecinos del barrio de La Ribera.

La armonía y ligereza de sus proporciones, así como la ausencia de una gran ornamentación, son sus principales características.

A pesar de que luce un aspecto macizo y sólido en el exterior, por dentro el espacio es alto, generoso y lleno de luz.

Su impactante rosetón, el cual fue destruido en el terremoto que asoló Barcelona en 1428 y reconstruido en 1459, es digno de admirar.

El Mirador del Alcalde forma parte del Paseo de las Cumbres, un proyecto paisajístico de ordenación de las cotas altas de Montjuïc, desde Miramar hasta la calle del Fuego.

El Mirador del Alcalde se distribuye en rellanos que aprovechan la fuerte pendiente de la montaña. Los niveles se conectan con tramos de escaleras y parterres de pendientes suaves, separados por un pavimento que forma parte del patrimonio artístico de Barcelona.

Desde un estanque situado en el centro del parque, que distribuye a su alrededor los diferentes elementos que componen una fuente ornamental vierte el agua en pequeñas plataformas que configuran una cascada que cae en un estanque inferior, también con una fuente ornamental.

El barrio más internacional de la ciudad es también el más ecléctico. Pasear por sus calles es recorrer los aromas de otras culturas.

Trasladado a la noche, el Raval ofrece la oportunidad de degustar cocina exótica y también autóctona. Un ejemplo de multiculturalidad donde la oferta cultural, también nocturna, convive con locales pequeños y variados en sus calles estrechas y llenas de actividad.

Algunos locales de ambiente bohemio conservan ese aire de otros tiempos y siguen siendo referentes en la noche barcelonesa.

El Castillo de Montjuic, cuya construcción comenzó en 1731, ha jugado muchos roles en el aspecto defensivo de Barcelona. También, lamentablemente durante mucho tiempo funcionó como centro de detenciones y prisión.

La ubicación privilegiada del Castillo, en la cima de la montaña de Montjuïc, permite al visitante gozar de unas vistas inmejorables sobre Barcelona y sus alrededores. La terraza del patio de armas se convierte en un mirador de 360º con vistas sobre la ciudad, el puerto, el Mediterráneo, la costa barcelonesa y el Baix Llobregat.

El castillo tiene muchas zonas para recorrer como el puente de acceso y la fachada, los baluartes, el patio de armas, la terraza y la torre de vigilancia, la muralla marina y el foso entre otras.

En verano, sus plazas se inundan de terrazas y durante el mes de agosto, la fiesta mayor del barrio convierte a Gràcia en el epicentro de la ciudad.

En los últimos años el barrio ha experimentado un proceso multicultural, por lo que su oferta gastronómica es variada y exótica.

Con el espíritu de constante renovación que acompaña la ciudad, este lugar ha sufrido diversas remodelaciones a lo largo de su historia con el fin de mejorar los accesos.

A su alrededor se mezcla un ambiente de tradición popular con la modernidad más vanguardista, donde se constituye un microcosmos cultural y arquitectónico de gran importancia.

Aquí se encuentran dos equipamientos culturales de gran relevancia, el Teatro Nacional de Cataluña y L’Auditori, y a su lado, destacan edificios como la famosa Torre Agbar, el edificio Disseny Hub y el edificio del nuevo Mercado de los Encantes.

Muy cerca de la plaza hay un centro comercial con locales de moda y restauración.

La famosa Torre Agbar data del año 2005, se ha convertido ya en todo un emblema de la ciudad.

Con 145 metros de altura, consta en total de 38 plantas, cuatro de ellas subterráneas, es el tercer edificio más alto de Barcelona.

Su arquitecto ideó el edificio como una combinación de diferentes elementos naturales. Por una parte el agua, en referencia al Grupo Aguas de Barcelona "Agbar" que ocupa el edificio; representa también el fuego (representado mediante su iluminación); y por último la tierra, de la que emerge como una enorme bala hacia el cielo.

El edificio está recubierto de inmensas placas de vidrio, y las placas de aluminio lacadas le aportan un curioso colorido al conjunto, según el momento en el que incide la luz, que van del rojo de la parte inferior al azul del final de la torre.

Integra las colecciones de varios museos hasta ahora dispersas por la ciudad en un edificio contemporáneo muy original.

Conserva un fondo de más de 70.000 objetos que tradicionalmente han sido clasificados bajo la denominación de artes decorativas o artes aplicadas, y que abarcan desde el siglo iv a. C. hasta la actualidad, con colecciones únicas y de resonancia internacional, como los tejidos medievales, el vidrio catalán esmaltado del siglo xvi o la cerámica de L’Alcora, entre otros.

Contiene, las colecciones históricas de artes decorativas (mobiliario, cerámica, vidrio, tejidos, relojes, papeles pintados, papeles de guarda, etc.). Las colecciones de diseño (de producto, gráfico y de moda). Las artes de autor de los siglos xx-xxi (cerámica de arte, esmalte de arte, joya de arte, etc.).

Esta playa es frecuentada por un público un poco más adulto. Como el resto de playas vecinas, se pueden practicar deportes en Bogatell como el volley playa y el ping pong.

Por otra parte, cuenta con la ventaja de estar a pocos minutos de pie del Poblenou y su animada Rambla, una de las calles más famosas de Barcelona.

Cuenta con servicios completos, duchas y lavabos públicos adaptados. Áreas de juego infantiles. Servicio de salvamento. Alquiler de tumbonas y sombrillas. Aparcamiento para bicicletas y parking de coches cercano. Restaurantes. Wifi gratuito.

La Iglesia del Tibidabo, comenzó su construcción en el año 1902, y finalizó 60 años después, se caracteriza por su estilo historicista con elementos neobizantinos neogóticos y neorrománicos.

Uno de sus elementos más importantes, es la cripta Tibidabo, construida entre los años 1903 y 1911. Esta cripta está formada por cinco naves que están separadas por columnas, y decorada con mosaicos y escenas bíblicas, y está revestida de alabastro.

Otro de los elementos más importantes es la escultura del Sagrado Corazón, que corona la Iglesia. La escultura representa la imagen de Jesús con la túnica abierta, enseñando el corazón, y con los brazos extendidos en un gesto de protección sobre la ciudad de Barcelona.

Torre de Collserola, en la planta 10 dispone de un Mirador Público situado a 115 metros de altura sobre su emplazamiento en el Turó de la Vilana.

El Mirador se situa 560 metros sobre el nivel del mar, es el mejor observatorio de Barcelona y su Área Metropolitana. En circunstancias meteorológicas normales la vista alcanza hasta 70 Km con magnificas panorámicas sobre la ciudad, el Parque de Collserola, Montserrat y hasta la sierra del Cadí-Moixerò.

El acceso al Mirador se realiza mediante el ascensor panorámico, plataforma acristalada que recorre los 135 m que separan la base de la Torre y la planta 10, donde se sitúa el Mirador, en 2,5 minutos.

Este parque temático es el más antiguo de España y el segundo de toda Europa. Inaugurado en 1905, se construyó de manera paralela con el proyecto de urbanización de la montaña. Consta de más 30 atracciones, entre las que destacan La Mina d’Or, la Muntanya Russa y el Tibidabo Express, las cuales ofrecen vistas extraordinarias de Barcelona.

Conserva atracciones históricas como La Atalaya, en pie desde 1921, o el Museo de los Autómatas, donde podrás ver los primeros robots autómatas que revolucionaron el mundo de la mecánica

Además de éstas, tiene otras instalaciones que lo hicieron famoso en su momento como el Castell Misteriós, o castillo misterioso, que te permite adentrarte en una casa de terror y misterio. Otra de las atracciones míticas del parque es L'Avió, en el que tendrás la sensación de estar sobrevolando Barcelona. Este avión metálico suspendido en el aire tiene la gran importancia de haber sido el primer simulador de vuelo de la historia.